domingo, 5 de junio de 2011

Qué es y qué será un libro


El pasado diez de mayo leíamos el artículo escrito por Kevin Kelly: Cómo serán los libros en el futuro, publicado y traducido al español por los amigos de Anatomía de la Edición. En él se argumentan algunas posibles tendencias que irán marcando el futuro del libro.

Indudablemente, la lectura está cambiando y esto es culpa fundamentalmente de Internet. Pasamos continuamente de un texto a otro interrumpiendo su lectura, conectando temáticas diversas y básicamente, siguiendo un hilo que se antoja anárquico e impulsivo. Algo así como la lectura de un periódico cuya extensión y estímulos hace que se multiplique continuamente. Asimismo, nos convertimos en comentaristas, críticos y difusores de aquello que leemos.

Pero, un libro es un libro. Es decir, un texto cerrado, sea ficción o no, cuyo principio y final han sido determinados, generalmente, por un único autor. Evidentemente las posibilidades de un entorno digital pueden propiciar múltiples formas de desarrollarlo, pero esto siempre será un ejercicio posterior a la escritura del texto. Un ejemplo perfecto de esto es la versión para iPad de Alicia en el País de las Maravillas. Una obra de arte de programación y animación, pero recordemos que es un trabajo basado en un libro y no un libro construido como amalgama de procesos creativos. A menos que la escritura esté realizado a la vez por un equipo heterogéneo de artistas (escritores, dibujantes, programadores, músicos…) que haya acordado su desarrollo, escribir parte de una persona que comienza y termina lo que quiere decir.

Otra cosa muy distinta es que el texto pueda copiarse, anotarse, compartirse o remitir a otras fuentes fácilmente. El texto es el mismo, pero uno puede complementarlo y retorcerlo todo lo que desee para sacarle el máximo jugo. La hipervinculación es una maravilla, sobre todo cuando aporta información valiosa para una lectura. No creo que en narrativa sea tan útil, pero en ensayos de pensamiento, historia, tecnología, etc., será fundamental incorporar este aspecto a la edición convencional. De hecho, el editor tendrá que centrar gran parte de sus esfuerzos en esta tarea para que los libros electrónicos puedan competir con las publicaciones especializadas que copan Internet.

Por último, Kevin Kelly habla también de la posibilidad de que las historias sean conducidas por los lectores. Sin embargo, a todos nos gusta leer y compartir algo cuya historia, desarrollo y final sea el mismo. ¿Cómo comentas o recomiendas un libro cuyo personaje principal en tu lectura muere, pero en la de otro lector, conquista América? Es posible que se desarrollen juegos o textos de aplicación múltiple que tengan cierto éxito, pero esto nunca será un libro.

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